¿Qué podemos hacer nosotros ante nuestro dolor…? ¿Somos pacientes pasivos reducidos a la toma de una medicación?
Objetivos de este entrenamiento
Entrenar la atención y la concentración, focalizando y observando nuestro cuerpo en movimiento (meditación activa); atentos a nuestro mundo interior: sentidos y sensaciones físicas, emociones, pensamiento, patrones de conducta, automatismos… con ejercicio terapéutico consciente. Conciencia corporal como medicina preventiva y, por otro lado, entrenarnos en la práctica del no movimiento: meditación sedente. Es decir, observar y darnos cuenta de lo que está sucediendo dentro de nosotros y a nuestro alrededor desde una perspectiva amplia y más clara, pudiendo intimar con nuestras sensaciones, pensamientos y sentimientos sin reacción, lucha o huida; de la mano de la respiración, del entrenamiento corporal consciente y de la atención focalizada, abierta y empática. Respirando e integrando actitudes más compasivas primero hacia nosotros y después hacia los demás.
Desarrollaremos conciencia corporal con ejercicio terapéutico consciente, siguiendo los estudios científicos más relevantes: Smidt et al., 2005; Taylor et al., 2007. Es un entrenamiento planificado desde la fisioterapia, es decir, que beneficia, desbloquea, fortalece y flexibiliza nuestro cuerpo de una forma segura, ya que el entrenamiento está diseñado teniendo en cuenta un gran grupo de lesiones y patologías. En combinación con técnicas de yoga, pilates, osteopatía y reeducación postural.
Y apoyándonos en los equipos de investigación de universidades españolas, como la Complutense de Madrid, descubriremos y experimentaremos que tras un programa de entrenamiento continuado de ocho semanas, nuestro cerebro construye nuevos caminos neuronales, desarrollando y afianzando hábitos más saludables y conscientes. Aliviando en la práctica dolores corporales, mentales y existenciales, producidos en gran parte por la rigidez y falta de entrenamiento; en movimiento y no movimiento (meditación).
La práctica de la atención plena llevada a la vida diaria promoverá una relación y un entendimiento más consciente y sereno de nosotros mismos y del entorno.
El desarrollo de este método de entrenamiento se ha realizado en base a técnicas de fisioterapia y mindfulness utilizadas con pacientes de fisioterapia durante más de diez años. Y las herramientas que se han establecido han sido en base a la efectividad de estas en la mejoría del paciente: en patologías del aparato locomotor, respiratorias, autoinmunes, neurológicas, procesos de estrés y depresión… Desarrollaremos a lo largo de ocho semanas una progresión de ejercicios respiratorios, un entrenamiento corporal consciente y prácticas de autoconocimiento y autotratamiento.
La efectividad del tratamiento se ha medido en base a la disminución de la toma de medicación o al abandono de esta en los pacientes y en cuestionarios-escalas de medición del dolor en fisioterapia, realizados al paciente antes del inicio del tratamiento y después del tratamiento.
Metodología: nos apoyaremos en una torre y en tres pilares
La torre: la respiración
Entenderemos los amplios beneficios de una correcta respiración, la interacción del cerebro con la forma en la que respiramos, las diferentes vías neuronales, sistemas y glándulas que activa y pone en comunicación. Dependiendo de nuestra forma de respirar, atendemos, sentimos, reaccionamos y nos relacionamos con la vida.
Entenderemos y practicaremos las cuatro fases de la respiración, así como sus tiempos. Y sentiremos la enorme calma que se instala en el organismo.
Analizaremos distintos tipos de respiración: abdominal, intercostal, supraclavicular o completa. Practicándolas, aprenderemos a diferenciar cuándo emplearlas y a ponerlas a nuestro favor, en los ejercicios, en la meditación y en la propia vida diaria.
Practicando “la escucha a la respiración abierta y natural del organismo”, aprendemos a darnos cuenta de la excesiva tensión interna (el tono muscular con el que contraemos el cuerpo) y de la tensión emocional con la que sostenemos nuestra vida; los miedos, la ansiedad, la rabia, la ira. Normalmente, detrás de todas estas emociones siempre hay algún tipo de dolor escondido. Dolor que se muestra en el cuerpo y da señales en forma de síndromes y enfermedades autoinmunes, muchas de ellas provienen del dolor de carácter emocional y existencial.
Aprenderemos qué significa una respiración correcta al meditar.
Haremos ejercicios de ampliación de capacidades y volúmenes respiratorios.
Tendremos cuidado y trabajaremos con las personas con asma.
Sabremos cómo respirar cuando estamos entrando en una crisis de ansiedad, aprendiendo a detectarla y abrazarla con la respiración consciente.
Facilitaremos una limpieza bronquial/fumadores.
Los tres pilares
Primer pilar. El entrenamiento corporal y somatosensorial mediante ejercicios terapéuticos y respiración consciente. (Meditación en movimiento).
Segundo pilar. El entrenamiento de la concentración y la atención en el no movimiento-meditación.
Explicación e integración de las diferentes posturas de meditación para el entrenamiento de la atención y concentración en el no movimiento, atendiendo a la condición del paciente. Con meditaciones prácticas que aprenderemos semanalmente.
Aprenderemos qué significa una respiración correcta al meditar, integrándose como herramienta.
Tercer pilar. La meditación llevada a la vida diaria, es decir, abrir y ampliar espacios amables, donde pondremos atención plena a las rutinas; a lo que estamos haciendo y está sucediendo, cómo nos sentimos ante ello y cómo nuestro cuerpo reacciona ante lo que estamos experimentando. Todo ello a través de ejercicios y prácticas informales propuestas a lo largo de las ocho semanas de entrenamiento intensivo.
Organización del programa
.Las sesiones tendrán una misma dinámica durante las ocho sesiones que dura este bloque de acompañamiento.
El trabajo/enfoque que te proponemos: una mirada nueva hacia tu interior, una mirada ecuánime y compasiva a tu mundo interior, en un espacio de silencio interno/externo, donde puedas escucharte, sentirte, sin máscaras, sin disfraces, sin miedo al juicio, en total apertura y curiosidad a lo que realmente es: estar y saberte vivo.
Empezaremos con una primera toma de contacto, lo que denominamos meditación activa: respiración y ejercicio terapéutico consciente. Y, para ello, lo primero que necesitamos saber es qué significan estos conceptos y la importancia que tienen en nuestra percepción del mundo, ya que son nuestros receptores biológicos.
Propiocepción, interocepción, exterocepción y nocicepción. ¿Qué tienen que ver todas ellas en la práctica del ejercicio terapéutico consciente y mindfulness aplicado en fisioterapia?
TODO. La naturaleza del mindfulness es la observación focalizada, abierta y empática a la respiración, sentidos físicos, contenidos mentales y emocionales. Tras el entrenamiento continuado, aumentan la concentración y la memoria, el cerebro construye nuevos caminos neuronales y produce, entre otras, sustancias antiinflamatorias que alivian el dolor y el estrés. Trabajar con ejercicios terapéuticos conscientes proporciona al organismo en su globalidad estiramiento y fortalecimiento, además de equilibrio, coordinación y flexibilidad. Todo ello va a influir en el reajuste y en una mayor percepción de los mecanismos biológicos que nos informan de nuestro mundo de fuera y de dentro.
Qué significan…
Propiocepción: es la capacidad que tiene nuestro cerebro de saber la posición exacta en la que se encuentran todas las partes del organismo; al cerebro le llega la información desde músculos, tendones y ligamentos. Nuestro estado anímico condiciona nuestra postura y, a la inversa, nuestra postura también interfiere en cómo nos sentimos.
Interocepción: es un sentido menos conocido que ayuda a entender y percibir lo que sucede dentro del cuerpo. Las personas que tienen problemas con el sentido de la interocepción pueden tener dificultad para darse cuenta de que tienen hambre o de que están saciados, de que tienen sed, calor o frío.
Exterocepción: percepción de estímulos en la superficie del cuerpo que transmiten al cerebro información acerca del ambiente en que se encuentra.
Nocicepción: es la recepción de señales en el sistema nervioso central provocadas por la activación de unos receptores sensoriales especializados, denominados nociceptores, que proporcionan información sobre el daño tisular. El dolor, por otra parte, es una experiencia sensorial (una percepción) desagradable debida, normalmente, a la estimulación de los nociceptores. Como toda percepción, por lo tanto, el dolor implica la abstracción y elaboración de las señales sensoriales, pero, en mayor medida que otras percepciones, el dolor está muy influenciado por las emociones, el ambiente y la experiencia previa, de tal manera que es algo muy subjetivo. El estado de ánimo, por ejemplo, puede influir de forma determinante en la percepción del dolor. Si una persona sufre angustia o ansiedad, podrá sentir el dolor como algo verdaderamente insoportable.
Por todo ello, queda claro que podemos interferir activamente sobre nuestros mecanismos biológicos y resetearlos. A través del movimiento y el no movimiento. Es decir, ejercicio terapéutico consciente y meditación: la mente y el cuerpo enfocados en el presente.
Después, trabajaremos la práctica formal guiada, tomamos contacto y practicamos la meditación formal semanal, resolviendo así las dudas que pudieran surgir de la misma.
Continuaremos con una exposición de conceptos, pequeños destellos de cómo funciona la mente; la voz del crítico interior, detectar automatismos, pilotos automáticos, hábitos…
Para finalizar, explicaremos las prácticas informales de la semana o píldoras mindfulness, en definitiva, prácticas de entrenamiento atencional en la vida diaria, actividades que rescatamos del automatismo a una realización consciente. En cada sesión te daremos la o las prácticas informales a trabajar durante toda la semana.
Además, es un regalo para el inconsciente llevar un diario atencional, un cuaderno de prácticas, donde apuntarás cada una de ellas, formales e informales. Y tu experiencia con las mismas.
Al final de cada sesión, dispondrás de un cuestionario, cuento o poema para seguir reflexionando.
Mindfulness (atención plena) no es una teoría ni unos conceptos: mindfulness es una experiencia. “Nadie se ha emborrachado nunca diciendo la palabra vino”.
Lo que aprendas será directamente proporcional a tu implicación en la práctica y compromiso.
Antes de comenzar con el programa de acompañamiento contesta dos preguntas, contesta casi sin pensar, rápido, lo primero que te llegue:
¿Quién eres?
¿Cuál es tu propósito de haber venido a este taller de fisioterapia y atención plena?